A este texto le falta un título. Y no es un capricho, no. Es simplemente un texto acéfalo. Nació así... sin la cabecera. Y arranca así, como le place. No respeta estructuras, formalismos... introducciones, nudos ni desenlaces. Va como quiere. Es un texto sin título, pero además sin forma. No es un texto pensado de antemano. No... no tiene tema. No resuelve problemas ni preguntas existenciales. Sólo es. Es un texto. Ello no le resta importancia. O quizás no le importa el 'qué dirán'. Es un texto de la nada misma y va hacia la nada, dirigido a nadie en especial. Aquí no encontrarás ninguna historia, ninguna vivencia, ninguna trama. Y no es que no se me ocurra nada para contar. Al contrario, ahí veo un montón de historias que pugnan por ser contadas. Pero no será aquí. No en este texto. Porque no tiene nada que decir. En realidad, sí tiene. Pero lo oculta. Y esto sí es un capricho. Un texto que nada dice, a lo mejor dice más que otros que intentan decir algo... Pasa todo el tiempo. Este texto que nada dice, dice algo entrelineas. Quiere dejarte pensando... o eso intenta. Si te encontraste con este texto y entendiste lo que dice, su misión está cumplida. Si no no importa, es un texto igual.

¿Buscabas un remate? No tiene, obviamente.



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