Llega a su casa. Un uno que titila en la oscuridad. un uno rojo titila en el teléfono. Un mensaje. Él mensaje. Le corre un escalofrío, le transpiran las manos. Enciende la luz. Avanza a la máquina. La mira. Ese trabajo tan ansiado...

Recordó la entrevista. Se había puesto su mejor traje y una corbata roja, "la de la suerte". Estuvo nervioso al principio, pero sobre la marcha comprendió que era conveniente soltarse y mostrarse tranquilo y seguro. Al final de la charla le habían dicho que les había gustado mucho su perfil, pero que como quedaban 2 personas más por entrevistar, las cuales ya estaban citadas, quedaron que lo llamarían al día siguiente. En el ambiente se advertía una sensación de conformidad y confirmación tácita. Él sería elegido. Sin embargo, esa noche casi no pudo dormir. Pensaba en los otros postulantes que faltaban. ¿Qué tal si los convencieran mejor? Recordó ver a uno de ellos al salir de la entrevista, al cual saludó con un "buenas tardes" que no fue contestado. Sus posibilidades eran de 1 en 3. Pero luego supuso que quizás a más de uno/a le habrían dicho lo mismo que a él. Concluyó que no era muy descabellado pensar eso. Entonces sus posibilidades se multiplicaron a una cifra que exageró...

Trató de abstraerse de todos esos pensamientos, sólo se limitó a inspirar profundo y apretar "Play"... El rebobinado le pareció eterno, su ansiedad no podía más... suena... PIIIIII..... "Hola, este es un mensaje para Sebastián Perretta por el trabajo... Nooo mentira, soy yo, Naty... estaba probando el celu nuevo... jaja... Un besito SeBa! Chau!!!".... PIIIIIIIIIIII......

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