El prólogo es, sin dudas, la parte más aburrida de los libros. Cuando uno se compra un libro porque le interesa, ya quiere ir directo al texto central. Pero siempre antes se tiene que bancar el prólogo del autor, que rara vez tiene que ver con el contenido del resto del libro. Hay prólogos eternos que no dicen nada y te marean. Y ni hablar si son más de uno los que lo escriben. Uno como que los odia un poco. Encima ahora esta muy de moda que el prólogo del libro de un famoso lo escriba otro famoso… como para darle “prestigio” al libro. Terminan siendo un cambalache. Así encontramos libros de cocina de Maru Botana con prólogo de Marley contando cómo se conocieron, que luego la invitó a viajar “Por el mundo” y cerrando con “quien diría que ya tiene su libro, que seguro será un éxito”. Y para venderlo usan frases de los prólogos: Dijo Marley: “Cuando lo leí me cambió la manera de ver la cocina”. Lo cual es sorprendente por dos cosas: Primero que Marley siempre creyó que la cocina era un sector privado de la casa a la que solo accedían las mucamas. Segundo, y más sorprendente aún, es que Marley haya logrado leer un libro.
Yo creo que la razón por la que odio a los prólogos es porque soy muy ansioso. No puedo esperar. No soporto perder tiempo. Si me llamás para preguntarme un número de teléfono, no me digas: “esperá que busco algo para anotar”. Si vos me llamaste! Sabías que te iba a pasar un número! Cuando me toca un semáforo en rojo tengo que inventar algo para pasar el tiempo. No se, contar cuantos autos pasan, mandar un mensaje de texto, pensar que cosas mejores podría estar haciendo mientras este puto semáforo me tiene parado como un boludo.
Odio, odio, ooooooodio mal, mal, pero mal a las musiquitas de los teléfonos para esperar a ser atendido. Me sacan. Encima en un momento te atiende alguien y te dice: “Por favor, aguarde en línea” y en seguida te pone de nuevo la musiquita sin poder decir un mísero “gracias”. Encima te quedás pensando… “Por favor, aguarde en línea”… y que mierda se supone que estoy haciendo??
Por eso el prólogo me desespera. Porque ya quiero saber el final del libro y recién voy por el prólogo. Atenta contra los impacientes. Ahora mismo estoy en Once esperando que salga mi tren. El panel decía que salía a las 20hs... son 20:06, que rayos pasa?? Tenía que hacer tiempo con algo y agarré un libro que traía en mi bolso y leí el prólogo...y el tren no salió. Por eso preferí escribir en mi cuaderno sobre los prólogos y la impaciencia: 2 cosas que se llevan muy bien.
De los trenes y de TBA no da hablar ahora... es un caso aparte que merece otro posteo que haré más adelante.

20:18 y nada.... la re p... que los parió!

Pd: Iba a escribir un libro sobre la impaciencia, pero no aguanté mi ansiedad y escribí esto...


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